Abusos sexuales en la infancia y la adolescencia, ¿conoces algún caso?

Hoy conocíamos un estudio elaborado por la Red de Ayuda a los Niños Abusados (RANA) en el que se explicaba que de las 480 personas que participaron en el estudio (69% mujeres; 31% hombres), el 12% de los estudiantes de la Universitat de les Illes Balears admitía haber sufrido abusos sexuales con contacto físico durante su infancia. La mayoría (89.4%) fueron mujeres, un 77% de las personas que reconoce haber sufrido un abuso sexual lo padeció antes de los 13 años de edad, un 23% entre los 13 y los 18 años, mientras que para un 10,5 de las víctimas los sufrió de manera continuada en el tiempo.

Los menores de 13 años sufrieron abusos en un 91% por parte de conocidos, normalmente por un amigo o alguien cercano a la familia, por lo que mayoritariamente (77,3%) no fue necesario el uso de la fuerza para ejercer el acoso. Entre los que sufrieron acoso entre los 13 y los 18 años, un 81% de las personas fueron acosadas por parte de un conocido, y un 19% por un desconocido. Asimismo, un 23,8% lo recibió por parte de su propia pareja y se usó la fuerza en el 47,6% de los casos.

En relación al grado de cercanía del agresor, encontrábamos una sentencia condenatoria a un hombre de 26 años acusado de masturbarse delante de la hija de su pareja de 11 años en reiteradas ocasiones. El hombre aprovechabapara quedarse a solas con la menor cuando volvía del trabajo, ya que la madre regresaba más tarde del trabajo. Cuando se sentaba a ver los dibujos animados en la televisión, él se ponía a su lado y se masturbaba. Según dice, la menor trataba de irse pero el abusador la obligaba a permanecer en la habitación, a veces intentando convencerla de que "no era nada malo", a veces amenazándola con que, si se iba "sería peor". Esta práctica acabó cuando la niña se lo contó a su madre, que lo denunció y puso fin a la relación, echando al condenado de la vivienda compartida.

Este es uno de los puntos esenciales en los abusos sexuales a menores: la necesidad de denunciarlos y de confiar en la veracidad del relato. El psicólogo forense analiza la credibilidad de los hechos que relatan los menores, cuando exponen situaciones de abuso sexual, y emiten informes periciales psicológicos que son de vital importancia para los jueces en los procesos.

Los niños no pueden denunciar, ni saben cómo hacerlo, por lo que los familiares, conocidos, o maestros son los responsables si reciben una queja o tienen sospechas. Del mismo modo, hay que proporcionar el soporte necesario a los menores para que no se sientan culpables de los hechos y se sientan respaldados por su entorno.

Los menores que sufren abusos sexuales en la infancia pueden sufrir problemas psicológicos en la edad adulta, que van desde problemas sexuales, problemas para conciliar el sueño o trastornos alimenticios hasta conductas de sobreprotección con sus hijos o pareja.

Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2011/04/11/baleares/1302524371.html

http://www.elmundo.es/elmundo/2011/04/11/andalucia/1302538196.html