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Una vez más, pero no por ello desde un punto de vista poco interesante, un artículo que debate la conveniencia de otorgar o no la guarda y custodia compartida cuando no hay acuerdo entre progenitores.

¿Ideal? Sí, claro, lo ideal sería que los juzgados de familia estuvieran desiertos, porque todas las disoluciones matrimoniales fueran de mutuo acuerdo, sin rencores, siendo racionales ... pero la realidad esmuy distinta. Poquísimas veces una pareja se separa de mútuo acuerdo, casi siempre es uno de los dos el que toma la decisión, y eso desequilibra la balanza. Además, influyen la historia de cada uno de los miembros, la historia de la pareja, si ha habido o no una tercera persona ... y el entorno de familiares y amigos, que contribuye al estado de ánimo de los progenitores, en un sentido u otro.

Así pues, pretender que la custodia compartida sea sólo para aquellas parejas que tengan una relación amable y cordial es, casi, como eliminar esta figura.

Entonces ... ¿custodia compartida

Nos hemos encontrado con una sentencia atípica relacionada con el uso y dusfrute de la vivenda en un caso de divorcio con custodia de menores. Habitualmente no se compensa al progenitor que debe abandonar el domicilio, sino que debe buscar otro hogar y, además, abonar la parte que le haya sido impuesta de los gastos de sus hijos. En este caso, la sentencia dicta que la mujer debe abonar 200€ mensuales a su exmarido, y sólo podrá quedarse durante tres años.

Una sentencia concede el derecho a un divorciado a cobrar 200 euros al mes por no usar la vivienda familiar al ser su expareja la que tiene que vivir en ella junto a sus hijos. Además, el tribunal limita a la madre el tiempo de disfrute de la vivienda.

Con un bungalow que no va a disfrutar y una ley que le beneficia, un vecino de Alicante ha exigido en los tribunales una indemnización por tener que salir de la casa en la que vivía con su ahora expareja y la Audiencia Provincial le ha dado la razón.

Navegando por twitter me he encontrado con un interesante artículo sobre la nueva ley a debate sobre custodia compartida, en el que se hacen reflexiones, más allá de comentar las nuevas leyes.

Eso sí, sería positivo que se empezara a dar la importancia que merece a la figura del psicólogo forense. 

Los jueces han de saber más que nadie sobre leyes, obviamente, pero no se les pide que sepan sobre medicina, arquitectura, botánica... En cambio, sí parece que han de saber sobre psicología. 

Las parejas que tienen un buen entendimiento ya no suelen acudir a los Tribunales, porque llegan a un acuerdo entre ellos o, como máximo, resuelven a través de la mediación. Así pues, pretender que la custodia compartida sólo se resuelva, en los Tribunales, cuando exista una relación fluída entre los progenitores, es poco menos que una utopía. 

Desde hace ya años existe la figura del psicólogo forense, que es aquel que se encarga de los asuntos psicológicos relacionados con el ámbito judicial. 

Un

Me gustaría creer que el titular no corresponde exactamente a la realidad y, si bien se escuchó a los menores, y se tuvo en cuenta su opinión, no fue lo único que se valoró para decidir su guarda y custodia. Esperemos que un informe pericial psicológico evaluara todos los factores que afectan a esta familia, y a estos menores, y la declaración de los niños fuera sólo la constatación de las conclusiones del informe de un psicólogo forense especializado.

Las mayores facilidades que dos menores de 11 y 15 años edad encuentran para jugar con sus amigos ha sido una de las alegaciones tenidas en cuenta por la Audiencia Provincial de Murcia para atender su petición de que su guarda y custodia fuese atribuida al padre.

La sentencia señala que un Juzgado de Primera Instancia de Lorca declaró disuelto el matrimonio formado por el demandante y su esposa y atribuyó a ambos la custodia compartida.

Asimismo, dispuso que el uso y disfrute de la vivienda y ajuar familiares fuesen atribuidos al

Simplemente apuntar que para determinar si hay una "proximidad en grado de desarrollor y madurez" sería positivo no sólo contar con la opinión del juez, sino que ésta fuera fundamentada en un informe pericial psicológico de un psicólogo forense especializado.

El Gobierno va a elevar la edad de consentimiento sexual en España, de los 13 años en los que está fijada actualmente a los 16. Eso quiere decir que si un adulto tiene relaciones sexuales con un chico o chica que aún no haya cumplido los 16, aunque estas sean consentidas, el adulto podrá ser condenado por “abusos” a una pena de entre dos y seis años de cárcel (hasta 12 años si hay penetración vaginal, anal o bucal). Habrá, sin embargo, una excepción: las relaciones sexuales consentidas con un menor de 16 años no serán delito “cuando el autor sea una persona próxima a la víctima por edad y grado de desarrollo o madurez”. Una circunstancia eximente muy genérica, cuya concreción quedaría, aparentemente, a criterio del juez.

Así