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Hoy leía una noticia en la que se anunciaba que las mujeres inmigrantes que denuncien malos tratos por sus parejas no serán repatriadas, aunque se encuentren en situación irregular en el país. Mi apoyo a la medida. Es muy importante que se den todas las facilidades a las personas que estén sufriendo cualquier tipo de abuso para que lo denuncien, y parece ser que el hecho de ser un "sin papeles" frenaba el hecho de acudir a la justicia. Además, parece ser que este colectivo tiene un gran peso entre las víctimas de violencia doméstica, puesto que el Ministerio de Extranjería afirma que "el 29% de las 629 mujeres asesinadas por sus parejas en la última década eran extranjeras."

Así pues, esperemos que sea un revulsivo para los maltratadores, y una ayuda a las víctimas.

Algunos pueden estar pensando que, así como se hace en otro tipo de situaciones, se presenten denuncias falsas de malos tratos para tratar de regularizar la situación en el país.

Terminar con una relación no es fácil, para ninguna de las dos partes. La persona que decide romper se siente culpable por el daño que puede ocasionar a quien fue "su media naranja" durante un tiempo determinado, y la persona que recibe la noticia puede sentirse rechazada, afectar a su autoestima y llegar a no aceptar la decisión. Algunas de las personas que no asimilan una ruptura se convierten en acosadores e incluso, algunos, en asesinos de las que fueron sus parejas. Y habitualmente este suceso se produce cuando la persona que tomó la decisión rehace su vida sentimental con otro.

Esta semana leíamos la condena de seis años y medio de prisión a un hombre que, pese a tener una orden impuesta en la que se le prohibía acercarse o comunicarse con la mujer hasta septiembre de 2015, se desplazó hasta el domicilio de la víctima y, tras llamar al portero, empezó a gritarle insultos y amenazas de muerte.

En el País Vasco se ha anunciado que el servicio que hasta ahora daba cobertura a las mujeres víctimas de violencia de género atenderá también a aquellas mujeres que sean víctimas de acoso sexual (o por razones sexuales) en el ámbito laboral. Además, se ha editado una guía en la que se da información acerca de las situaciones y las posibles vías de resolución de las mismas. El servicio cuenta con un teléfono gratuitio las 24h del día (900.840.111) donde profesionales ofrecen asesoramiento, información, y apoyo y contención emocional. Precisamente hoy salía a la luz el dictamen de los médicos que atendieron a las víctimas del conocido "caso Sanz". Para aquellos que no estén familiarizados con el tema, se trata del que fue responsable de Recursos Humanos de RTVV quien fue acusado de abusos sexuales a cuatro trabajadoras de la cadena Canal 9, en Valencia.

Cuando pensamos en violencia familiar, tendemos a imaginar escenas en las que un hombre pega a una mujer, o unos padres a sus hijos, pero también existe el fenómeno (según dicen, creciente) de las agresiones de hijos hacia sus padres. Desde hace un tiempo se puede ver un programa en la cadena Cuatro, llamado "Hermano mayor" donde se intenta enderezar a adolescentes con problemas comportamentales. En mi opinión, y reconociendo no ser fiel seguidora del programa, creo que la mayoría de estos chavales tienen un problema de personalidad límite, o bien algún tipo de abuso de substancias, y las intervenciones del programa sirven poco más que para rellenar un show televisivo durante un espacio de tiempo semanal, pero no considero que se consigan cambios permanentes sin la intervención de un profesional, -psicólogo, médico, etc.- de forma continuada.

Sea como fuere, reflejan un problema social importante: la violencia como comportamiento justificable si no se consigue lo que se busca.

Ayer me acostaba leyendo la noticia que hoy ha salpicado la gran mayoría de los espacios de sucesos de los noticieros: la precipitación voluntaria al río Hudson de una mujer que llevaba en el coche a sus hijos.

Leyendo la noticia con más profundidad, se dice que justo antes de ese momento la mujer había estado discutiendo con su esposo. De hecho, los vecinos de la familia llamaron a la policía, porque escuchaban una fuerte pelea domicilaria. Entre el momento de la llamada y el momento en el que acudió la policía, la mujer ya había cogido a sus hijos y los había metido en el coche. El final lo conocemos todos.

No han trascendido, de momento, detalles de la vida de esta familia. Si había antecedentes de peleas domésticas, enfermedades mentales o quizá alguna denuncia por abusos, lo único que sabemos es que hubo una pelea, y que la mujer y tres de sus cuatro hijos fueron hallados muertos a siete metros de profundidad, en el río.

La reflexión que se me ocurre es: ¿estaremos ante un